miércoles, 14 de marzo de 2012

Movimiento rastafari

El movimiento rastafari es un movimiento socio-cultural y religioso que considera al emperador de Etiopía Haile Selassie I, como la encarnación de Dios.
Surgió en los comienzos de los años 1930 en los barrios marginales de Kingston, Jamaica y en los sectores rurales adyacentes,[2] siendo la visión social y cultural de Marcus Garvey que inspiró a los rastafaris, que incluso lo consideran una reencarnación de San Juan Bautista.[3] y atribuyeron un carácter mesiánico a Selassie. Notable es el gran deseo de sus descendientes de esclavos negros de volver a África, de las aspiraciones sociales y culturales de la comunidad negra y de las enseñanzas del organizador nacido en Jamaica Marcus Garvey que clamaba «África para los africanos».
Hoy en día el movimiento se ha extendido a lo largo de gran parte del mundo y tiene seguidores provenientes de distintas culturas, lenguas y naciones.

Un tema muy bueno

 Doctrinas

Los seguidores del rastafari, conocidos como rastas, creen que Haile Selassie I, liberará a la gente del mundo de ascendencia africana, conduciéndolos a una tierra prometida llena de emancipación y justicia divina, Etiopia.
Los rastafaris creen que ellos, y el resto de los de la etnia negra, son descendientes de los antiguos israelitas.[4] [5] La suya es una religión abrahámica fuertemente sincrética. Según cuenta el libro Kebra Nagast, en el siglo X antes de Cristo, Etiopía fue fundada por Menelik I, hijo de Salomón y la reina de Saba,Makeda , quien había visitado a Salomón en Israel. En 1° Reyes 10:13 se proclama «Y dióle el rey Salomón a la reina de Saba todo lo que deseaba, pidiera lo que pidiera, aparte de lo que le dio de su tesoro real. Y así ella regresó a su país, junto con sus sirvientes». Los rastas interpretan esto como que ella dio a luz un hijo. Que judíos negros han vivido en Etiopía durante siglos, desconectados del resto del judaísmo por el control musulmán de Oriente Medio y del norte de África, es incontrovertible; se les llama Beta Israel o falashas. La existencia de falashas dio cierto crédito e ímpetu al rastafari inicial, puesto que parecía validar la creencia de que Etiopía era Zion. Algunos rastafaris decidieron clasificar a su religión como cristianismo etíope copto, cristianismo protestante o judaísmo. De éstos, los lazos a la iglesia etíope ortodoxa Tewahedo son los más difundidos, aunque discutidos de forma controvertida en el clero. Se puede considerar que el rastafari sería una escisión de la Iglesia copta. Algunos rastafaris creen que las traducciones estándar de la Biblia presentan cambios creados por la estructura racista y eurocentrista blanca de poder, entonces reverencian el texto épico nacional etíope, el Kebra Nagast, libro que narra la gloria de los reyes de la dinastía salomónica en Etiopía, por ser el escrito que narra con detalles el encuentro entre Salomón y Makeda (reina de Saba). Sin embargo, la Biblia no deja de ser uno de los textos leídos por rastafaris; ya que consideran que como dice Haile Selassie I, que la biblia traciende sin llegar a perder su esencia.
Uno de sus tipos de asamblea espiritual (groundation) del Movimiento Rastafari es similar en muchas aspectos a los oficios religiosos judíos, y puede haber derivado de los esclavos afroamericanos que se convirtieron al judaísmo -cierto número de judíos en los estados sureños de los Estados Unidos poseían esclavos- y huyeron a Jamaica.[cita requerida] Algunas de las características del rastafari inicial estaban relacionadas de cerca con las religiones nativas del Caribe y África, aunque fueron en gran medida purgadas por los guerreros nyabinghi, caracterizados por sus rastas y que lucharon contra el poder «corrupto» de algunos líderes que añadieron estos elementos sincréticos a las doctrinas rastafaris[cita requerida].
Muchos rastas creen que Jah, forma abreviada del nombre de Dios Yahveh en las escrituras hebreas, había tenido tres encarnaciones: Melquisedec, Jesucristo, y finalmente Haile Selassie, la última expresión de Jah, siendo cada uno de ellos un «Salvador».
Debido a su alto sincretismo, no hay un estudio general de la cultura rastafari, pues según ellos cada uno es dependiente de su fe, es decir, también tienen entre ellos muchas diferencias en su fe.
El movimiento rastafari recibe este nombre debido a su regente (Ras), que como se anotó al principio, antes de ser reconocido como Haile Selassie I se llamaba Ras Tafari Makonnen.
La marihuana es usada por los Rastafaris como algo sagrado, ya que sostienen que fue encontrada en el lugar de la tumba del Rey Salomón, luego de enterrarlo. No existe registro certero del descubrimiento y su posterior uso religioso en el movimiento Rastafari. Desde siempre está vinculada con la apertura de conciencia facilitando la conexión interna y acercando uno a Jah.
Otro pilar fundamental es la lectura del sagrado libro de la tradición etíope, titulado Kebra Nagast,[6] y la reivindicación del panafricanismo (la reivindicación de unidad de los descendientes de africanos oprimidos durante la historia reciente).

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